La noche del 7 al 8 de Noviembre de 1754 se declaro un violento incendio en la Iglesia. A la mañana siguiente una vez extinguido el incendio se persono el alcalde Mayor de la Ciudad obligado por su oficio y escribano al que asistieron los Hermanos de la Compañía Espiritual Presididos por su protector Don Nicolás José de Peñalva el incendio dejo la capilla reducida a cenizas, Capilla que con tanto esfuerzo se levanto en apenas setenta años, solo quedaron en pie las paredes de la antigua fabrica que con el fuego se deshacían, La pericia del Mayordomo Don Francisco de Torres, Juan Ximene de Sandoval Secretario y varios Hermanos han conseguido salvar la imagen de la titular, cuya ha perdido una mano la otra esta quebrantada y el rostro tostado y algunas piezas de culto estandarte y crucifijo. Los altares, guiones y Faroles del Rosario. Han desaparecido las ropas sacerdotales y la de la soberana virgen, Consumido el archivo de sus papeles, derretido los cálices y alhajas de plata.
Dos días después del incendio La compañía se reunió en cabildo oficial en la Capilla de la Divina Pastora Para acordar que sin demora que se levantara un cuarto con función de oratorio para seguir con el culto y las salidas diarias del santo rosario a las calles de la ciudad. Prontamente se iniciaron las obras de reconstrucción logrando habilitar provisionalmente el espacio que hoy es la Sacristía; para proseguir precariamente con las actividades propias el 19 de Abril de 1755.
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