En una nueva ocasión acudimos a la convocatoria que nos hace ESTANDARTE y que nos traslada nuestra hermandad, de aportar una colaboración para el numero extraordinario de Semana Santa
tarea siempre gratísima. Otros años hemos traído a estas paginas el ambiente de la cofradía en la calle, la presencia de la hermandad en el barrio y la ciudad, el desarrollo de los cultos cuaresmales adaptados al momento y el provecho de los fieles, o el relato prolijo de los estrenos. Hoy vamos a considerar un estreno de la cofradía de la Misericordia, sin duda el más importante de su existencia, y que, si bien no es material y tangible, también nos tendrá en la incertidumbre de si estará listo para la Semana Santa, pendiente de las ultimas puntadas o de los postreros golpes de cincel del aparato burocrático. Y este estreno que no podrá exponerse en exposición alguna, ha sido ya noticia para buena parte de los cofrades gaditanos,y no es otro que la acordada fusión de la Archicofradia de Ntra. Sra. de la Palma con nuestra hermandad.
Y este hecho que viene a promover una restructuración interna, no es fruto de razones de conveniencia, ni de alta política cofradiera, como pudiera pensarse, sino que es el lógico resultado de treinta años de intimas y cordiales relaciones de ambas corporaciones, que han llegado a esta etapa de su historia en un momento en que viven mutuamente una prosperidad en todos los ordenes.
La Archicofradía de Ntra Sra de la Palma es una de las más antiguas de la ciudad, entroncándose en los anales gaditanos hacia el ultimo tercio del siglo XVII. De la actividad de sus primeros lustros nos habla bien claro la construcción de su propia Iglesia en la llamada viña de Malavá, por las inmediaciones del Convento de Capuchinos, que habitó su fundador y principal propagador Fray Pablo de Cádiz, el Apóstol del Rosario.
La pujanza de su vida espiritual la llevó a solicitar la agregación a la Archicofradía del Dulce Nombre de María de la Corte de Roma, lo que la elevó de Primitiva Compañía Espiritual del Santo Rosario a Archicofradía. De sobra conocido es el milagro de la Santísima Virgen de la Palma en el maremoto de 1755 y la constancia de su Archicofradía en celebrar los cultos votivos por tal beneficio, desde hace más de dos siglos.
Ha vivido la Archicofradía hasta este momento en plenitud de actividades, destacándose por sus numerosos cultos, que son acontecimiento tradicional en la vida religiosa de la ciudad, y conservando todo su patrimonio histórico, artístico y devocional con un celo y empeño desmedido.
Por su parte la cofradía desde su fundación parecía estar abocada a esta fusión, y por tanto acogiera con el mayor interés los requerimientos que por la otra parte se le hiciera. Y efectivamente, si no material y de hecho, si hubo desde principio una unión personal en el sentido de que los miembros de la incipiente cofradía penitencial, y sobre todo de su Junta de Gobierno, eran al mismo tiempo de la otra de gloria. De ahí que por su parte se diesen las mayores facilidades para la constitución en su Iglesia propia de otra hermandad, cediendo incluso la Imagen Titular y en las primera estaciones de penitencia la mayoría, por no decir todos, los elementos procesionales. Y lo que lógicamente hubiera llevado a constituir una transformación o agregación de la Archicofradía de gloria para poder dar cabida a estas inquietudes semana-santeras, no pudo llevarse a cabo en el afán de los fundadores de la Misericordia de dotarla de personalidad propia y erección canónica. Pero estos seis lustros transcurridos desde entonces han sido cauce por donde han transcurrido unas relaciones de perfectas convivencia y cordialidad hasta llegar al resultado, desde hace tanto tiempo presentido y deseado.
Por ello nuestra inquietud de que pendiente de la necesaria aprobación de la autoridad eclesiástica, no llegue a tiempo para la Semana Santa la nueva denominación de nuestra hermandad:
Primera Compañía Espiritual del Santo Rosario, Venerable, Antigua e Ilustre Archicofradía de Nuestra Señora de la Palma, agregada a la del Dulce Nombre de María de la Corte de Roma y del Stmo Cristo de la Misericordia y María Stma de las Penas.
Un Hermano de la Misericordia .
Revista Extraordinaria mes de Marzo - de Semana Santa de 1968
tarea siempre gratísima. Otros años hemos traído a estas paginas el ambiente de la cofradía en la calle, la presencia de la hermandad en el barrio y la ciudad, el desarrollo de los cultos cuaresmales adaptados al momento y el provecho de los fieles, o el relato prolijo de los estrenos. Hoy vamos a considerar un estreno de la cofradía de la Misericordia, sin duda el más importante de su existencia, y que, si bien no es material y tangible, también nos tendrá en la incertidumbre de si estará listo para la Semana Santa, pendiente de las ultimas puntadas o de los postreros golpes de cincel del aparato burocrático. Y este estreno que no podrá exponerse en exposición alguna, ha sido ya noticia para buena parte de los cofrades gaditanos,y no es otro que la acordada fusión de la Archicofradia de Ntra. Sra. de la Palma con nuestra hermandad.
Y este hecho que viene a promover una restructuración interna, no es fruto de razones de conveniencia, ni de alta política cofradiera, como pudiera pensarse, sino que es el lógico resultado de treinta años de intimas y cordiales relaciones de ambas corporaciones, que han llegado a esta etapa de su historia en un momento en que viven mutuamente una prosperidad en todos los ordenes.
La Archicofradía de Ntra Sra de la Palma es una de las más antiguas de la ciudad, entroncándose en los anales gaditanos hacia el ultimo tercio del siglo XVII. De la actividad de sus primeros lustros nos habla bien claro la construcción de su propia Iglesia en la llamada viña de Malavá, por las inmediaciones del Convento de Capuchinos, que habitó su fundador y principal propagador Fray Pablo de Cádiz, el Apóstol del Rosario.
La pujanza de su vida espiritual la llevó a solicitar la agregación a la Archicofradía del Dulce Nombre de María de la Corte de Roma, lo que la elevó de Primitiva Compañía Espiritual del Santo Rosario a Archicofradía. De sobra conocido es el milagro de la Santísima Virgen de la Palma en el maremoto de 1755 y la constancia de su Archicofradía en celebrar los cultos votivos por tal beneficio, desde hace más de dos siglos.
Ha vivido la Archicofradía hasta este momento en plenitud de actividades, destacándose por sus numerosos cultos, que son acontecimiento tradicional en la vida religiosa de la ciudad, y conservando todo su patrimonio histórico, artístico y devocional con un celo y empeño desmedido.
Por su parte la cofradía desde su fundación parecía estar abocada a esta fusión, y por tanto acogiera con el mayor interés los requerimientos que por la otra parte se le hiciera. Y efectivamente, si no material y de hecho, si hubo desde principio una unión personal en el sentido de que los miembros de la incipiente cofradía penitencial, y sobre todo de su Junta de Gobierno, eran al mismo tiempo de la otra de gloria. De ahí que por su parte se diesen las mayores facilidades para la constitución en su Iglesia propia de otra hermandad, cediendo incluso la Imagen Titular y en las primera estaciones de penitencia la mayoría, por no decir todos, los elementos procesionales. Y lo que lógicamente hubiera llevado a constituir una transformación o agregación de la Archicofradía de gloria para poder dar cabida a estas inquietudes semana-santeras, no pudo llevarse a cabo en el afán de los fundadores de la Misericordia de dotarla de personalidad propia y erección canónica. Pero estos seis lustros transcurridos desde entonces han sido cauce por donde han transcurrido unas relaciones de perfectas convivencia y cordialidad hasta llegar al resultado, desde hace tanto tiempo presentido y deseado.
Por ello nuestra inquietud de que pendiente de la necesaria aprobación de la autoridad eclesiástica, no llegue a tiempo para la Semana Santa la nueva denominación de nuestra hermandad:
Primera Compañía Espiritual del Santo Rosario, Venerable, Antigua e Ilustre Archicofradía de Nuestra Señora de la Palma, agregada a la del Dulce Nombre de María de la Corte de Roma y del Stmo Cristo de la Misericordia y María Stma de las Penas.
Un Hermano de la Misericordia .
Revista Extraordinaria mes de Marzo - de Semana Santa de 1968
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